domingo, 10 de junio de 2012

¿CÓMO MANTENERSE JOVEN?

1. Elimine los números que no son esenciales. Esto incluye la edad , el peso y la altura..
Deje que los médicos se preocupen de eso.

2. Conserve sólo los amigos divertidos. Los depresivos tiran para abajo.
(Recuerde esto si es uno de estos depresivos!)

3. Aprenda siempre:
Aprenda más sobre computadoras, artes, jardinería, o lo que sea. No deje que su cerebro se vuelva perezoso.
'Una mente perezosa es la oficina del Alemán.' Y el nombre del Alemán es Alzheimer!

4. Aprecie más las pequeñas cosas

5. Ría muchas veces , durante mucho tiempo y muy alto. Ría hasta que le falte el aire.
Y si tiene un amigo que le hace reír, pase mucho y mucho tiempo con él / ella!

6. Cuando las lágrimas aparecieran
Aguante, sufra y supérelo.
La única persona que se queda con nosotros toda la vida somos nosotros mismos.
VIVA mientras esté vivo.

7. Rodéese de las cosas que ama:
La familia, animales, plantas, hobbies, o lo que sea.
Su hogar es su refugio.

8.. Cuide su salud:
Si es buena, manténgala.
Si es inestable, mejórela.
Si no consigue mejorarla , busque ayuda.

9. No haga viajes de culpa. Viaje al centro comercial, a un país diferente,
NO donde haya culpa

10. Dígale a las personas que ama que las ama en cada oportunidad.

domingo, 27 de mayo de 2012

El Tejo... el árbol de la Vida y de la Muerte

Los tejos o texos son unos árboles poderosos y longevos, pueden llegar a vivir todo un milenio. Aunque escasos y protegidos, algunos de ellos ocupan el trono de la naturaleza asturiana desde una experiencia casi infinita. Sin ir más lejos, sendos ejemplares del concejo de Allande, en las aldeas de Santa Coloma y Lago, presumen de haber visto pasar el tiempo desde antes del descubrimiento de América.

Aparentemente nadie lo diría. Uno se espera que un tejo de 600 años mida por lo menos 100 metros, pero la fisonomía del Taxus baccata (como universalmente se le conoce) no da para tanto. El texu (se le llama así en Asturias) llega, como mucho, a los 20 metros de altura, aunque se trata de la estatura justa para poder otear un poco más allá en el tiempo. Como reza un dicho inglés: "la vida de un tejo, la longitud de una era".

Como vive tanto, en torno a él se han venido gestando centenares de simbolismos e incluso mitologías. Un totem que bien se asocia a la vida o bien a la muerte (posiblemente a las dos y a la eternidad). Algunos sostienen que la savia del tejo era usada por los astures para inspirar sus danzas rituales. Desde aquellos tiempos ya se ha hecho vieja la costumbre de plantar el tejo junto a la casa, la iglesia o la ermita. Aún hoy continúa viva esta tradición. Los asturianos permanecen fieles a un árbol que en otro tiempo organizaba parte de sus creencias y valores, cultura y territorio, y que cobijaba en su sombra asambleas y fiestas. De este lado tenemos el árbol de la vida. El de la muerte le viene de su semántica y el veneno de sus plantas. En todos los países europeos se fabricaron los mejores arcos con la madera de los tejos. Los romanos lo aprendieron de los griegos, y los estados modernos del imperio romano. Esta función bélica realzaba el matiz mortífero del árbol. Además, es probable que el nombre latino del tejo, taxus, se relacione con toxon, el nombre griego del arco, y con toxicon, el nombre griego del veneno con que estaban untadas las flechas.

Últimamente el tejo sigue siendo un árbol longevo, de hoja perenne y de crecimiento lento. Le da tiempo a presenciar varias guerras y tratados de paz, miles de tormentas y de calmas en un sóla vida. Imagínense, llegar a tener 15 metros de alto le suponen más de 500 años de vivencias contradictorias y toneladas de agua de lluvia. En su crecimiento parece ir asimilándolo todo poco a poco, pausadamente, sin asustarse por nada: muy lentamente. De ahí la expresión "pa sombra pa cuando sea vieyu", que suele citar el que se decide a plantar uno.

Su doble connotación, muerte-vida, su pasado religioso, sigue hoy patente en dos de sus enclaves más habituales: el cementario y la iglesia (sitios en los que se censan más de 200 ejemplares en toda la región). Si bien es cierto que esta localización esconde una función práctica en el fondo: con su follaje tupido y perenne protege del viento los tejados del edificio, proporciona sombra y un microclima de salud.

El tejo en Asturias se presenta pocas veces de forma silvestre creando foresta, salvo en zonas localizadas de la Sierra del Sueve, Muniellos o el Aramo. Generalmente se habla de tejedas o tejedales para referirse a las extensiones en las que los tejos son especialmente abundantes. Estas, sin embargo, suelen ser escasas y coincidir con hábitats exigentes que demanda el árbol: mediana altitud, suelos calcáreos y pluviometría alta. Acostumbra más a perderse en otros tipos de bosque; y más aún a vivir como individuo aislado. Le gusta crecer en soledad, rodeado de riscos y empapado de agua. En sociedad también vive solo, acompañado de algún inmueble historico pero mudo. Frecuenta las fincas particulares y da sombra a los hogares rurales. 

Su madera es muy apreciada en ebanistería, sobre todo por su dureza y elasticidad, pero no se puede ni tocar: el tejo es especie protegida. La tala o desenraizamiento requiere autorización administrativa. Las medidas conservaccionistas son severas y ya han sido declarados monumentos naturales algunos ejemplares. De ser halo de protección, guardián del tiempo y de los tejados de las civilizaciones, ha pasado a ser protegido de enemigos que nunca antes conoció. Es cierto que se sigue plantando con respeto, pero ya no se sabe cuidarlo como antes. La reconstrucción de los edificios cercanos, el asfalto a sus pies, los cables eléctricos, los carteles, chinchetas, grapas... contribuyen a que envejezca prematuramente. Por su parte, los tejos silvestres tienen los enemigos propios de otros árboles: las explotaciones forestales no racionales.

El título de Monumento Natural contribuye a proteger a los más anacianos para que tengan una vejez digna. En el Principado existen varios de estos títulos para los citados tejos de Santa Coloma y de Lago (Allande), el de Salas (en las inmediaciones de la capital de Salas), Bermiego (Quirós) o Santibáñez de la Fuente (Aller). Este último, al igual que los dos primeros, ya ha superado el medio milenio de existencia, mide 12 metros de altura y 15 metros de diámetro.

El tronco del tejo no nos dice sus años. Es estriado, grueso, con corteza pardogrisácea y produce gran número de ramas extendidas y colgantes en su terminación. Su follaje padece cierta pesadumbre, pero también florece, lo hace al final del invierno y principios de primavera, madurando las semillas en otoño. Hoy en día, en la región, se fomenta el cultivo de tejos autóctonos, procedentes de geneticas catalogadas y viveros asturianos que ponen a buen resguardo esas semillas.

Una buena manera de cumplir con el dicho, casi la obligación, de plantar un árbol al menos en la vida de cada hombre, sería la de plantar un tejo. En este caso la buena acción ecológica se convierte también en un ejercicio de fé al Dios Tiempo. Plantamos un árbol que puede ver pasar generaciones y generaciones, incluso asistir a un cambio de era. Desde luego no se nos ocurre mejor manera de perpetuar nuestra memoria y custodiar la naturaleza por tan largo espacio de tiempo. Incluso el universo, pues una leyenda americana cuenta como la Osa Mayor, la Osa Menor y todos los animales del firmamento subieron desde la tierra a lomos de una flecha disparada con un arco de tejo.


SIMBOLISMO RELIGIOSO:

Al hablar del tejo no podemos dejar de referirnos a su carácter sagrado. Lo fue para el pueblo celta, cuyos druidas con sus ramas hacían bastones “mágicos” y con palillos de su madera adivinaban el futuro; y lo fue también para los más antiguos astures y otros habitantes del norte de la península desde tiempo inmemorial.

El cristianismo lo adopto y lo incorporó a su doctrina como símbolo de la vida y de la muerte. Y por su longevidad, símbolo también de la eternidad, de lo que nos sobrevive más allá de nosotros mismos. El árbol de la vida y de la muerte está presente en nuestra tradición cristiana desde las primeras páginas del Génesis en el relato del paraíso. Aquel árbol del fruto prohibido que lleva a Adán y a Eva al pecado, y de ahí hasta el árbol de la cruz en el que fueron después redimidos por Cristo todos los pecados de la humanidad. Por eso es frecuente que al lado de muchas iglesias, ermitas y cementerios de Asturias haya al menos un ejemplar de tejo. Hay doscientos ejemplares censados junto a Iglesias y Ermitas en toda Asturias, lo cual da idea de la importancia que tuvo en esta tierra para párrocos y vecinos.



Yo: Soy un Tejo!!

domingo, 15 de abril de 2012

Historia del Bambú...la importancia de perseverar


¿Sabes? En el lejano Oriente vive el árbol cuyo crecimiento es el más rápido de todas las especies. Dicen que si te quedas quieto mirándolo, puedes verlo crecer, y no es de extrañar, pues crece hasta 32 metros por mes. Eso significa que crece un metro diario, unos cinco centímetros por hora. Es algo realmente sorprendente.
El Bambú es el árbol de mayor crecimiento de todo el planeta, quizás la criatura viva que más rápidamente crece, tanto así que en Japón, se usa aún hoy en día como materia prima y se le da una importancia aún mayor que al cemento, acero o al silicio de los semiconductores.
Sin embargo tú puedes tomar hoy una semilla de bambú y plantarla en el jardín de tu casa, puedes regarla durante meses y meses, y no conseguirás que brote ni el más pequeño tallo.
Eso podría ser una gran decepción para ti, ¿verdad? ¿Por qué esa planta que crece tan rápido no crece en tu jardín?
En un primer momento puedes echarle la culpa a la tierra, quizás sea demasiado pobre, pero si eres listo verás que otros árboles viven en ella, así que no debe ser esa la razón.
Quizás sea el clima de tu país, ¿Quién sabe? Quizás necesita otro ambiente para salir adelante.. Sin embargo en Japón y China se mezclan temperaturas extremas en todos los sentidos. Y esa planta aguanta el más caliente Sol y el Frío más extremo. De hecho es famoso por su habilidad para sobrevivir en cualquier circunstancia.
Quizás puede ser que seas tú, quizás el problema esté en ti, quizás tú seas un inútil y no puedas hacer que crezca el bambú.
Te reto a hacerlo, toma una semilla y riégala durante siete meses… ¡No lograrás nada! ¿Por qué lo sé?
Porque esa es una planta muy sabia. El bambú durante sus siete primeros años (si, siete años) crece hacia abajo, haciendo expandir sus raíces hasta lo más profundo. ¿Por qué? Porque es sabía y se está preparando. Se está preparando para después ser capaz de alcanzar el mayor de los éxitos y ser la planta con el crecimiento más rápido que existe en todo el reino vegetal.
Ser el número Uno no es fácil, hay que prepararse mucho para ello, y el bambú lo consigue gracias a siete años de profundizar sus raíces.
Entonces se hace tan poderoso que en un mes crece 32 metros, y aún cuando lo cortes seis veces, seguirá creciendo hasta los 32 metros en un solo mes. Por eso es tan apreciado. Porque sabe prepararse para triunfar, y si la desgracia cae sobre él, sabe renacer de sus cenizas y llegar otra vez a lo más alto empezando desde casi cero.
¿Por qué es capaz de hacer eso?
Porque sus siete años de raíces le dan la fuerza para ello, su vida reside en su raíz, y aunque cortes el tallo, este seguirá creciendo.
¿Has probado a cortar un Roble o un Pino? apreciarás que jamás vuelven a brotar. Ellos no se prepararon tanto como el bambú y acaban pagando eso con su vida, con su fracaso. Sin duda alcanzan un primer éxito más rápido que el bambú, a los pocos meses ya tienen un tallo fuera de la tierra.
Sin embargo un roble de siete años aún es un árbol pequeño, joven y delicado. Si le azota una tormenta lo arrancará y morirá; jamás podrá soportar que lo corten a la mitad horizontalmente, porque entonces morirá.
Y sin embargo el sabio Bambú, con sólo siete años y un mes, es un árbol poderoso, de treinta y dos metros, al que puedes cortar una y otra vez, la desgracia puede azotarle y una y otra vez seguirá creciendo. El éxito reside en él y ni aún la peor tormenta puede vencerle, su sabiduría al prepararse apropiadamente, le predestina para el éxito.
Los humanos somos como los árboles, con la diferencia de que nosotros podemos elegir entre ser Robles o Bambúes…

domingo, 8 de abril de 2012

La leyenda del Conejo de Pascua

Su origen se remonta a las fiestas anglosajonas pre-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad asociado a la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Progresivamente, se fue incluyendo esta imagen a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania, esto dio orígen también a una curiosa leyenda que cuenta que, cuando metieron a Jesús al sepulcro que les había dado José de Arimatea, dentro de la cueva había un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.
     El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.
     Así pasó mucho rato, viéndolo; pasó todo un día y toda una noche, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!
     El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.
     Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.
     Desde entonces, cuenta la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordarle al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.
Fuente: http://es.catholic.net/celebraciones/120/301/articulo.php?id=1269

Actúa como Dama pero piensa como Hombre

Hoy quiero recomendarte el libro "Actúa como dama pero piensa como hombre" del autor Steve Harvey de la Editorial AGUILAR. He leído este libro por recomendación de una amiga mía, ¿qué tiene de nuevo? a ciencia cierta no lo sé, quizás únicamente plasmar por escrito aquello que se nos ha dicho tantas veces acerca de las relaciones entre un hombre y una mujer, pero ¿qué tiene de especial? que lo escribe un hombre, y quién mejor que uno de ellos para dejarnos ver a las mujeres la mejor forma de relacionarnos con el sexo opuesto.
     Si estás saliendo con alguien, este libro te permitirá darte cuenta hacia dónde puede ir la relación que quieres entablar con ese hombre; si actualmente vives una relación de pareja y algo parece no andar bien, te invito a que le des un vistazo para darte cuenta qué parte de los engranes no está funcionando del todo; y si estás en el inicio de una relación te será de mucha utilidad leer la regla de los noventa días.
     Es un libro ameno que se divide en tres partes: 1) La estructura mental masculina, 2) Por qué los hombres hacen lo que hacen, 3) Las reglas del juego: cómo ganar la partida. Cuenta con 15 capítulos con temas interesantes como: Por qué los hombres son infieles; Las cinco preguntas que toda mujer debe hacer antes de involucrarse emocionalmente; Los hombres respetan las reglas, prepara las tuyas; entre otros.
     Así que no te pierdas la oportunidad de conocer "lo que los hombres piensan realmente acerca del amor, la intimidad, las relaciones y el compromiso" Te invito a que leas el libro y me dejes tus comentarios, si ya lo has leído comparte tu opinión acerca del mismo.